El colesterol asociado a las lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL) está inversamente relacionado con la aparición de enfermedad coronaria en diversas poblaciones, tanto en prevención primaria como en prevención secundaria (Colesterol HDL y enfermedad coronaria).
     Existen diversas estrategias terapéuticas para incrementar el colesterol HDL (ejercicio físico, dejar de fumar, perder peso, estatinas, ácido nicotínico), aunque recientemente han fracasado algunos fármacos muy prometedores, por lo que habrá que continuar esperando nuevas investigaciones sobre la naturaleza de este colesterol (más compleja de lo que podría parecer a primera vista) y sobre el nuevas formas de incrementarlo farmacológicamente y, con ello, disminuir el riesgo cardiovascular.